Últimamente a Roberto Álamo le hemos tenido hasta la sopa, sobre todo en dramas policiales televisivos (‘Antidisturbios‘ y ‘Estoy vivo‘) y, la verdad, no es una queja porque es de estos valores seguros a los que acudir y en esta ocasión protagoniza ‘Caronte’, un drama de abogados que estrena Cuatro (y otros canales de TDT en simultáneo) esta noche.
Un estreno en abierto después de haber podido ver la serie en Amazon Prime Video gracias al acuerdo de exclusividad en primera ventana que tiene Mediaset con la plataforma. No es, quizás, momento de hablar hasta qué punto les está saliendo rentable, por lo menos se está intuyendo que las audiencias se resienten en algunos casos y, quizás por eso la veamos en el segundo canal del grupo en vez de en Telecinco.
También es cierto que esta llegada se corresponde a un cambio de estrategia en torno a Cuatro, cadena con la que llevan un tiempo sin saber qué hacer para remozarla. Estrategias de programación aparte, en ‘Caronte’ nos encontramos con un correcto drama que navega entre lo policíaco y lo judicial.
De policía a abogado
No, no es que estamos ante una versión de ‘Ley y Orden’, sino que son las circunstancias de nuestro protagonista lo que nos lleva a estos dos mundos. La serie comienza con un Samuel Caronte (Álamo), ex policía que vuelve al ruedo de la justicia después de salir de la cárcel. En esta ocasión en vez de poli se ha reconvertido en abogado, haciéndose con causas perdidas y no deteníendose ante nada para conseguir pruebas y demostrar la inocencia de sus clientes.
Verónica Fernández, a la que hemos visto en ‘Hache‘, se encarga del guion de este drama judicial que, junto a Álamo, cuenta en su reparto con Miriam Giovanelli, Carlos Hipólito, Marta Larralde, Belén López y Julieta Serrano. El guion es bastante claro y conciso, enseguida presenta la situación y te deja ver cómo es el mundo con el que se reencuentra Caronte tras años a la sombra.
Moverse por un género tan común en televisión como es el del procedimental (ya sea legal o criminal) hace que por muy bien hecha que una serie esté necesite de una dosis de gancho extra para un espectador curtido. Sobre todo teniendo en cuenta que la TDT española está recargada de este tipo de ficciones que puedes ver una y otra vez sin aburrirte.
Una serie correcta con algún que otro tropiezo
‘Caronte’ tiene algún que otro tropiezo. Por lo general hay bastante más peso en el investigador que en el investigado y eso puede causar cierta desconexión cuando estamos en una serie basada en el esquema de «caso de la semana» y tampoco es que la historia de Samuel tenga un gran desarrollo episodio a episodio.
Hay unos desequilibrios en la serie algo notables tanto en la historia (que no se aleja demasiado de la hoja de ruta típica de una ficción española) como en la caracterización de los personajes. Álamo está mejor cuando es el sosegado pero duro abogado que cuando se enfrenta a sus propios demonios, a su pasado y en los flashbacks donde le vemos en horas bajas.
Quizás es cierto fallo a la hora de mezclar los ingredientes lo que hace que ‘Caronte’ no termine de despegar como drama legal. Si bien los casos son interesantes y cuentan con los pertinentes giros, los setenta minutos de episodio juegan bastante en su contra, impidiendo que la serie pase de cierto «correctismo».