Nos quedamos sin un golpe sobre la mesa. Warzone llevaba mucho tiempo poniéndonos la miel en los labios con esa bomba nuclear que destrozaría el mapa, pero ha decidido jugar muy sobre seguro y el regusto agridulce se palpa allá donde mires.

La llegada de Verdansk 84 y sus escasas novedades no es, ni de lejos, lo que cabría esperar de una compañía con recursos infinitos y una comunidad que, ahora más si cabe, se ha ganado el cielo. Call of Duty no puede permitirse ir a la zaga y ahora mismo hay otros dos battle royale, Fortnite y PUBG, que le dan sopas con hondas.

La mejor explosión nuclear de Call of Duty tiene 13 años

Creando un hilo que se ha ido tropezando y abandonando, la bomba nuclear llegó a Warzone de la forma más simplona posible. Un evento con zombis y armas que bien podría ser un modo adicional -de hecho, ya lo fue- daba paso a una cinemática en la que la bomba caía sobre Verdansk para destruir el mapa por completo.

Dos apuntes, para detenernos a profundizar en esto último. En primer lugar me parece de traca que la franquicia que ocupa los primeros puestos de ventas año tras año -o incluso el primero- se valga de un recurso tan caduco como colar un vídeo para dar forma a una acción como esta.

El juego que lo cambió todo para la franquicia, el primer Modern Warfare, se vanagloria de habernos hecho vivir uno de los momentos más espectaculares de la historia de los videojuegos.

Un viaje en helicóptero con una bomba nuclear explotando al fondo que, incluso falseado como evento para un jugador, habría sido más espectacular que lo ofrecido en Warzone.

13 años han pasado desde aquello y, lejos de ir a mejor como podría parecer lógico por cómo ha avanzado el medio a nivel técnico y narrativo, hemos ido claramente a peor.

Bocw S3 Announcement 001

Es que meter una explosión nuclear en un juego así es muy complicado”. Mira, no. Y escuece porque duele más conforme más cierto es, pero Fortnite te ha lanzado un cohete, ha vestido de hielo y nieve el mapa, ha puesto a un robot gigante a pelear contra un kaiju, y te ha montado una aventurilla a lo Universo Cinematográfico Marvel. Todo ello en directo y sin que los servidores peten a la primera de cambio.

Mucho margen de mejora

Las pocas veces que Fortnite ha optado por un vídeo ha sido para ofrecer un cambio de mapa enorme. No siempre satisfactorio, ojo, que no todo el monte es orégano, pero desde luego sí significativo.

Una estrategia que, por otro lado, también ha explotado PUBG con un enfoque completamente distinto. Allí los cambios pueden ser mínimos, pero cada cierto tiempo ofrecen una razón más para volver en forma de nuevos mapas.

Cierto es que cada uno puede hacer con su juego lo que le plazca, faltaría más, pero es inevitable tener la sensación de que el equipo detrás de cada nuevo Call of Duty quiere meter mano en un proyecto al que le falta continuidad, lógica y unas directrices más claras.

Para acabar de desatar todo su potencial, Warzone necesita separarse de lo que puedan ofrecer Modern Warfare, Black Ops o lo que sea que venga después. Ok a los guiños para intentar impulsar las ventas cuando sale una nueva entrega, pero condicionar la experiencia a tener otros juegos para poder completar desafíos, y que cada estudio que llegue intente meter mano para llevarlo a su terreno, me parece un tremendo error.

Si da más rabia de la que debería -al fin y al cabo al juego le va de fábula y la caída de sus servidores es una buena muestra de la atención que despierta- es porque sabes que las posibilidades podrían ir mucho más allá con un poco de mimo. Podría ser un juegazo sin fisuras.

Warzone es un free-to-play que podría borrar a la competencia del mapa de un plumazo si se lo propusiese seriamente, pero no lo hace porque seguir aprobando por los pelos haciendo lo justo ya sale rentable. Y cuando no sea así, pues carpetazo y a otra cosa, que no sería el primero ni el último en pasar del cielo al infierno en brazos de Activision.