El doctor Marcelo Barroso Griffiths (Matrícula 9784), quiropráctico, explica la importancia de conocer el tipo de pisada para prevenir dolores y lesiones en espalda, rodillas, talones y pies en personas que practican running, trote o caminata. 

El running es uno de los deportes de moda, cada vez son más las personas que salen a correr. Se trata de una práctica altamente saludable para combatir el sedentarismo, que une gente de todas las edades.

Si antes de comenzar a hacer deporte es importante hacernos un chequeo médico y una prueba de esfuerzo, si vamos a practicar running es importante que realicemos previamente un estudio biomecánico de la pisada. Esto no solo nos sirve para saber cómo pisamos, qué tipo de zapatillas debemos comprar o si necesitamos plantillas, sino que nos puede ayudar a prevenir posibles lesiones y a correr de una manera más eficiente.

En un estudio biomecánico de la marcha se estudian conceptos como desplazamientos del centro de presiones, estabilometría (estudio del equilibrio), asimetrías, evolución del centro de presiones durante la dinámica del paso estudio cinemático de la carrera (tiempos de vuelo, tiempos de apoyo, posibles dismetrías, desplazamientos angulares, velocidades, etc.).

En el caso de los corredores, aporta información muy importante acerca de cuáles son las fuerzas y los movimientos que experimenta el pie al correr. La pisada es muy diferente de unos corredores a otros y determina las diferencias existentes en la biomecánica de los diferentes corredores y la propensión a determinadas lesiones de unos y otros.

La pisada afecta también la columna del corredor. Foto: 123rf.

El tipo de pisada afecta también la columna del corredor, y así una mala pisada no solo reparte las presiones y tensiones, sino que transmite los impactos de manera desequilibrada. Así la columna vertebral adopta posturas para forzar la marcha y recarga las diferentes articulaciones vertebrales.

Como consecuencia el corredor puede empezar a padecer dolores de espalda, molestias que aumentarán a medida que aumente la carga horaria de entrenamiento. Como consecuencia, disminuirá su capacidad funcional y su perfomance se verá afectada.

Un estudio de la pisada actúa como prevención, siendo capaz de detectar descompensaciones posturales, desequilibrios posturales y anomalías o lesiones en pies, rodillas y caderas.

Nuestros pies son flexibles y adaptativos. Nos permiten alcanzar el equilibro y propulsar el cuerpo hacia adelante. Una mala pisada puede acarrear problemas en la cadera o columna, desgaste anormal de la rótula y dolores en la musculatura.

¿Qué tipo de pisada tenes: supinadora, pronadora o neutra?

El tipo de pisada es vital para el entrenamiento. Foto: 123rf.

El tipo de pisada es vital para el entrenamiento y para cada carrera que se desee completar, que verá beneficiada o perjudicada según tu tipo de pisada.

Existen tres tipos de corredores, de acuerdo a los tipos de pisada que puede ser pronador,  supinador y neutro o normal.

-Pisada de pronador

  • Los corredores pronadores tienden a correr con las  piernas más juntas, y pisando con la parte más  interna del pie, que es la que recibe todo  el peso.
  • Tu pie es plano, la huella refleja toda la planta del pie.
  • Metés el tobillo hacia dentro, significa que el empuje es hacia el interior del pie al momento de apoyarse. Esto puede ocasionar torceduras en pie y rodilla.
  • El desgaste en la suela se presenta en el borde interno de la suela.
  • Los pronadores severos suelen tener pies “flexibles” lo que les produce inestabilidad de las estructuras de soporte durante la carrera
  • Se tiende a correr con las piernas juntas y pisada es con la parte más interna del pie.
  • Entre un 50 y un 60 % de los corredores padece sobrepronación.
  • Es la pisada más habitual, la gran mayoría de los corredores son pronadores.
Si vas a correr… tené en cuenta algunas medidas de seguridad. Foto: 123rf.

-Pisada de supinador

  • El supinador es el caso opuesto al pronador.
  • En este caso el pie es cavo, se observa el apoyo del talón y de la parte delantera del pie, mientras que en el centro sólo se ve una línea más fina.
  • El apoyo del pie produce un gran impacto en la columna, porque la superficie que apoya es muy poca.
  • La pisada se apoya con mayor fuerza en la parte exterior del pie y puede afectar las rodillas.
  • La persona que tiene esta pisada suele correr con las piernas separadas, y apoyando la zona exterior del pie. Esta parte es la que recibe el mayor impacto sobre el suelo.
  • Los supinadores desgastan las zapatillas no solo en la zona del talón sino también a lo largo de los bordes externos.
  • Los pies con supinación severa tienden a ser bastante más rígidos y no pueden absorber el impacto al igual que ocurre con los pronadores.
  • Un pie rígido como ocurre con los supinadores esté predispuesto a tener esguinces de repetición, fracturas, lesiones y dolor en la rodilla tanto en su cara interna como externa.
  • Los corredores con supinación severa deben buscar un calzado que tenga una amortiguación especialmente buena, así como flexibilidad.
  • Son muy poco frecuentes ya que solo el 10% del total de corredores son supinadores.
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El 40 por ciento de los corredores tienen pisada normal o neutra. Foto: 123rf.

Pisada normal o neutra

  • Presentan una pisada plana. 
  • Si tu pie es neutro, tu huella es la más común, con apoyo delante, en el talón y en el medio. La pisada es recta y así distribuyes mejor el peso.
  • El apoyo del pie se distribuye de manera uniforme tanto en la parte externa como interna del pie.
  • Este tipo de corredores presentan una pisada totalmente plana, por lo que no suelen sobrecargar ni la parte interna ni externa del pie.
  • En plena acción, los corredores neutros mantienen sus piernas en paralelo.
  • Un alto porcentaje de corredores tienen una pisada neutra.
  • Aproximadamente un 40% de los corredores, tiene el pie neutro.
Conocer el tipo de pisada auydará a prevenir lesiones. Foto: fisiohm.com

Test de pisada

Para saber cuál es tu pisada hay que recurrir a test especializados, pero podés tener una aproximación con un método sencillo:

  • Con los pies descalzos y bien apoyados en el suelo, parate con las piernas un poco separadas.
  • Flexiona las piernas tres veces, dejando libertad de movimientos. Cuando llegues a la tercera flexión, detenete y tratá de mantener esa postura.
  • Si en la última flexión tus rodillas están pegadas, eres pronador. Si éstas no se pegan pero están muy próximas, eres neutro. Y por último, si las rodillas se encuentran muy separadas, eres supinador.

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