Siguiendo el capítulo del mejor cine visto en Sección Oficial de Cannes 2021, si bien menos polémico y llamativo, sí más sólido, encontramos los nuevos trabajos de dos cineastas consolidados y ampliamente reconocidos.

El iraní Asghar Farhadi y el estadounidense Sean Baker trajeron a competición dos historias locales, cada una con su sello autoral y con un factor en común: un protagonista encantador y manipulador que, con su reaparición, pone patas arriba la vida de los que le rodean. Dos propuestas extraordinarias que serán muy valoradas en su estreno en salas y que merecen toda nuestra atención.

‘A hero’

El veterano cineasta Asghar Farhadi vuelve a Irán después de su anterior incursión internacional con ‘Todos lo saben‘ (2018), rodada en España con Penélope Cruz, Javier Bardem, Ricardo Darín y todo un reparto coral del más alto nivel, presentando ahora en Cannes uno de sus trabajos mejor hilados y más finos.

Tras un inicio simbólico magistral en el que Farhadi atrapa en bucle a su héroe (Amir Jadidi) en unas interminables escaleras cuyo ascenso y descenso parece no acabar nunca, comienza una odisea agotadora por probar la inocencia de su protagonista y conseguir sacarlo de la cárcel. Una vida en la que está atrapado por una antigua deuda que su avalista no está dispuesto a cerrar tan fácilmente.

Con un ritmo abrumador y ciertos toques de humor, Farhadi nos atrapa y nos arrastra dando tumbos detrás del protagonista, a veces convertido en héroe, a veces todo un villano, en sus interminables vueltas. Instalado en las medias verdades y atascado en una red burocrática con una doble cara, este héroe anónimo arrastrará a todo su séquito de defensores en su plan de escape bienintencionado pero tramposo.

Basada en un guión totalmente laberíntico y con esa puesta en escena agotadora que caracteriza al iraní, Farhadi entrega una película con muchas capas de lectura que, de forma aparentemente inocente, nos pilla por sorpresa cuestionando nuestra propia ética y principios. Una nueva muestra de ese incuestionable talento para generar suspense de las situaciones más cotidianas, en una especie de thriller social ácido y divertido.

‘Red Rocket’

Sean Baker trae una vez más su mejor versión con una nueva historia de sueños rotos y falsas promesas en un trabajo fantástico que sigue la línea de ‘The Florida Project‘ (2017) en su retrato de esa población americana al margen y a solo unos pasos de distancia de la sociedad «de bien». Las barriadas humildes a las afueras de Disneyworld en Florida son reemplazadas ahora por un barrio obrero de Texas en el que aterriza de la nada un antiguo vecino que llega directo de Hollywood.

Red Rocket

Obviamente, Mikey no es una estrella de cine convencional, sino de porno. En baja forma y completamente lleno de moratones, se presenta en casa de su exmujer con la excusa de quedarse un par de días pero, como suele ser habitual, este cautivador mentiroso patológico alargará su estancia enredando a todo el mundo a su alrededor para seguir sobreviviendo.

Retorciendo la falsa idea del sueño americano de una forma casi cruel, Baker revienta ahora el mito de Hollywood, presentando de forma atractiva una perspectiva completamente sórdida y condenada al peor de los desenlaces. Igual que en sus anteriores trabajos, Baker captura de forma magistral la relación de sus personajes con su entorno, sacando increíble partido a sus imágenes maliciosamente mostrando bonito lo feo, en una metáfora de lo cínico de su protagonista.

Una grandísima interpretación de Simon Rex, que de alguna manera se mimetiza con un papel a medida, junto a Bree Elrod, en el debut de una arrolladora Suzanna Son en el papel de la naif Lolita Strawberry, que dará mucho que hablar y probablemente muchos más papeles a los que no perder de vista. Ácida y divertida, visualmente espectacular, ‘Red Rocket’ es otra película redonda a competición, de la firma de un cineasta que crece con cada nuevo trabajo.