La cantante quedó liberada de su padre después de 13 años de tutela

Su padre ejercía control legal sobre la estrella pop desde el 2008 y ahora por fin ella podrá tomar decisiones por sí misma y sobre su fortuna de más de 60 millones de dólares.

En junio Britney Spears rompió el silencio y contó el calvario que había vivido bajo las órdenes de su padre, finalmente antes de cumplir sus 40 años ella recuperó su libertad.

Mathew Rosengart fue el abogado elegido por la cantante, quién anunció “la pesadilla ha terminado”. En 20 minutos la diva dijo que no se había atrevido a dar el paso antes porque pensaba que nadie creería su historia, “Creía que la gente se burlaría de mí”, confesó entonces, “pero ahora quiero recuperar mi vida”. “Basta ya”, dijo Britney.

El 12 de noviembre para una próxima audiencia y por ahora se designó a un contable como el tutor legal transitorio de las finanzas de la estrella. La cantante no estuvo presente este miércoles en la sala del juzgado pero si sus padres, Jamie y Lynne Spears, a través de Zoom, junto al abogado de su hija. Quienes sí estuvieron desde primera hora de la mañana fueron sus seguidores, esos que han creado un movimiento bajo el lema Free Britney.

Los últimos documentales dejan en claro que la situación de Britney no era la mejor, aunque ella misma lo negaba por sus redes sociales. El revuelo comenzó en el 2019 con una ola de protesta por parte de sus fanáticos que percibían por el infierno que ella estaba pasando a causa del control que su padre ejercía sobre ella. Como por ejemplo la vigilancia de forma constante, incluso en los momentos más privados y hasta las decisiones sobre su propio cuerpo.

El padre de Spears se convirtió en tutor legal de su hija en 2008, durante un periodo marcado por un comportamiento errático de la cantante en el que llegó a perder la custodia de sus hijos. Junto a un fideicomiso, Jamie Spears ha supervisado por decisión judicial desde las finanzas hasta los detalles más minúsculos de la vida de la cantante desde que esta sufrió un colapso nervioso ante los ojos del mundo.

Fuente: https://elpais.com/