A pesar de su tremenda popularidad, Boba Fett apenas tuvo cuatro líneas de diálogo (y poco más de seis minutos en pantalla) en todas las películas de Star Wars. Y, de alguna manera, el inicio de ‘El libro de Boba Fett’, la nueva serie de la franquicia en Disney+, lo refleja. El primer acto del episodio (los primeros doce minutos) es prácticamente silente, dejando la gran labor narrativa a la dirección de Robert Rodríguez.

Anunciada oficialmente en la escena postcréditos de la temporada 2 de ‘The Mandalorian‘, Temuera Morrison vuelve a encarnar al cazarrecompensas favorito del universo, quien ocupa ahora el hueco dejado por Jabba el Hutt en el hampa de Tatooine. Morrison está acompañado por Ming-Na Wen en el papel de su fiel compañera Fennec Shand, quien le ayuda a intentar mantener el control en el planeta. Por cierto, a partir de aquí puede haber spoilers.

Y apenas hay más personajes, o al menos personajes relevantes en este episodio que es básicamente un prólogo, enigmático, de lo que ha de venir. Jon Favreau juega con el misterio y con las ensoñaciones (visiones del pasado) que tiene Boba en el tanque y que ocupan los actos inicial y final de estos cuarenta minutos de metraje.

En ellos vemos a Fett escapando de las vísceras de un monstruo —el sarlacc que le devora en ‘El retorno del Jedi‘—, débil, saqueado por los jawas y tomado prisionero por lo moradores de las arenas. En el presente, Boba ve cómo no va a tener fácil el dominar el mundo criminal de la ciudad, en lo que se ve desafiado por el alcalde y emboscado por unos guerreros/ninja misteriosos.

Pasado y presente para componer el libro

A pesar de su condición de spin-off de ‘The Mandalorian’, ‘El libro de Boba Fett’ apunta a que no vamos a tener una estructura tan episódica como la serie protagonizada por Pedro Pascal, sino que todo va a estar bastante más seriado a lo largo de los siete episodios, siete capítulos, de esta novela.

No es la única diferencia, porque si ‘The Mandalorian’ se acercaba al western, ‘El libro de Boba Fett’ mira más hacia el lejano oriente, hacia el chanbara, el cine «de samurais» para entendernos. Boba Fett es el nuevo daimyo y tiene que hacerse respetar tanto por el pueblo como por el resto de facciones del lugar.

Es en la estructura de la serie donde veo más problemas. Favreau y compañía apuestan por poner en paralelo esta «resurrección» de un Boba despojado de todo, con su (intento de) auge como señor feudal. Sin embargo, la ejecución es desigual.

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Si Rodriguez (quien, por cierto, hace un cameo) clava la narración en las escenas del pasado, se le ve más torpe en las del presente. Precisamente la escena del combate, que presenta la caja de misterio —¿quiénes son estos tipos y quién les manda?—, es ligeramente perezosa en su planificación y emoción. Algo que contrasta con la impresionante lucha con el monstruo harryhauseiano que presenciamos minutos después.

Por lo general, ‘Forastero en Tierra Hostil’ es un buen y fascinante episodio de presentación, ligeramente irregular, pero que demuestra que Jon Favreau está haciendo bastante bien las cosas en el lado televisivo de ‘Star Wars’, siguiendo con el tono más oscuro de lo habitual que ya fue consolidando en ‘The Mandalorian’.