El algoritmo de Netflix estrena a tanta velocidad que a uno se le pierden según que propuestas interesantes a menos que esté realmente atento. Y ‘Murderville’ quizá no encaje en el modelo de propuesta a la que uno está realmente atento, a menos que sea muy fan de Will Arnett (cosa que, por cierto, deberíamos serlo todos). Pero no pasa nada, porque ya estamos nosotros para deciros que sí, que mola, y que te la puedes ventilar en Netflix en aproximadamente 3 horas.

Caza al asesino como puedas

La premisa es sencilla. Arnett interpreta a un detective de homicidios venido a menos y cargado de traumas, que debe investigar una serie de asesinatos algo disparatados acompañado de un invitado especial. La particularidad es que este invitado es el único de toda la serie que no tiene el guion, y debe improvisar ante las distintas pelotas que le van lanzando en el episodio.

Arnett y el invitado interrogan a una serie de sospechosos e inspeccionan la escena del crimen, y al final del episodio es el último quien debe dictaminar quién es el asesino. Es una propuesta que invita al espectador a participar, ya que él también puede intentar descubrir al asesino con las pistas que se van desvelando (bueno, es un decir, no es una propuesta interactiva donde das tu respuesta), así que no conviene estar con el móvil en la mano mientras se está viendo.

No son rompecabezas complicados, pero sí divertidos, con gags entre medias bien resueltos y con un Arnett entregadísimo a su papel. La fórmula, eso sí, está destinada a ser irregular, ya que no todos los invitados se prestan igual de bien al formato de improvisación -como es el caso del futbolista Marshawn Lynch, pobrecito-. Pero cuando el invitado da bola, da para capítulos hilarantes. Conan O’Brian, Sharon Stone o Ken Jeong son los mejores ejemplos de lo que da de sí Murderville en sus mejores momentos.

‘Murderville’: sitcom de improvisación y algo más

Su presentación es de sitcom multicámara y muy fijada en la improvisación, aunque los guiones están lo bastante bien pulidos para que haya algo más que la gracieta. El asesinato de una antigua compañera de Arnett (Jennifer Aniston) es una pequeña subtrama que termina teniendo más relevancia de lo esperado, acercando el proyecto al procedimental policiaco de toda la vida. Hay claramente muchas cosas pensadas detrás de la propuesta.

Sus seis episodios, alrededor de la media hora cada uno de ellos, son lo suficientemente frescos y divertidos para poder hacer maratón sin terminar agotado. Es una buena idea tan bien ejecutada que consigue entrar sola sin esfuerzo. Así que no tienes excusa para no ponerla ya mismo en tu lista de pendientes, porque te va a arreglar la semana seguro.