La escritora Claudia Piñeiro, autora de la obra El Reino y guionista de la producción de Netflix que lleva el mismo nombre, habló en Modo Fontevecchia por Radio Perfil (FM 101.9) y dijo que en varios países se dio el fenómeno en el que los Estados y gobiernos “tienen mucha influencia sobre cuestiones religiosas”. Asimismo, destacó qué en nuestro país, hace falta más “consenso”. 

La relación que puede existir en Brasil, entre las iglesias evangelistas, así como lo retrata la trama de la serie «El Reino», y personas como Jair Bolsonaro y como síntoma de época, ¿tienen algún punto de contacto en la Argentina con la emergencia de Javier Milei?

Puedo hablar tranquilamente de El Reino y esa cuestión es un análisis político sofisticado.

«»El Reino», una mirada evangélica»

Pero el arte construye subjetividad, muchas veces mejor que los periodistas…

En primer lugar, la canción de apertura de la serie es extraordinaria y el premio lo hemos compartido con Marcelo Piñeyro porque lo escribimos los dos. Por otro lado, creo que hay similitudes de lo que pasa en El Reino con lo que pasa en distintos países, aunque con ciertas diferencias. Justamente, antes de que ganara Bolsonaro, nosotros empezamos a escribir la serie, incluso previo al eventual magnicidio cuando le clavan una daga a alguien. Posterior a eso pasó lo de Bolsonaro en un suceso muy parecido que no se sabe si fue autoinfligido o qué, y no podíamos creerlo. En cuanto al tema de Milei, conversé con Andrés Malamud, que es un politólogo que conoce mucho de Brasil y Argentina, y él decía que no se puede equiparar el fenómeno de Milei con el de Bolsonaro por nuestras propias características de lo que somos como argentinos. A partir de ese momento se dieron situaciones parecidas en muchos lugares de Latinoamérica, de Estados o gobiernos que tienen mucha influencia sobre cuestiones religiosas, ya sea de las ideas evangélicas como del catolicismo. Como por ejemplo, cuando entra Jeanine Añez Chávez, con el golpe de estado en Bolivia con la Biblia en la mano, a asumir o con Nayib Bukele en El Salvador, cuando hace el autogolpe y entra con la Biblia y los militares al Congreso. Yo en este momento estoy en Madrid y vos prendés la televisión y escuchás el discurso de Vox y no es muy distinto a lo que nosotros pusimos en boca del pastor Emilio Vázquez Pena. No tiene la connotación religiosa, sino toda una apelación al conservadurismo, a volver a lo que ellos llaman los valores que implican reducir el derecho de las personas. 

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Como decía Malamud, se da en distintas formas en los países, pero el fondo podríamos denominarlo como de soluciones fáciles para problemas difíciles, que en algunos países se da a través de lo espiritual, en otros a través de lo material y lo político…

Exactamente hay una posverdad, o de sentido común -que no es tan sentido común- que lo entiendo desde algún punto de vista. La gente necesita, con los niveles de pobreza que hay en toda Latinoamérica, que alguien les solucione la vida. Pero es muy irresponsable por parte de los políticos que se aprovechen de esa necesidad.

¿Estamos volviendo a cierto estilo arcaico de comunicación en el que el sofismo pasa a ser popular?

Hay una rebaja de la mirada crítica sobre las cosas, en cuanto al debate. Parece que debatir es pelear. Solo hay verdades irrebatibles sin buscar puentes comunicantes con el otro para encontrar un consenso. En definitiva, la democracia es consenso entre mayorías, minorías. En nuestro país tenemos poco entrenamiento para esto porque es un sistema presidencialista que exige menos consenso. En los sistemas parlamentarios para formar gobierno tienen que estar todo el tiempo consensuando. Eso nos haría bien.

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¿Te impresiona escuchar en España, con Podemos, el mismo tipo de lenguajes, como por ejemplo la palabra «casta», que también usa Milei en Argentina?

Escucho cosas parecidas, como en Vox, pero relacionadas a los derechos humanos. Cuestionan si el femicidio existe o no, y siempre discuten sobre lo mismo cuando tienen tasas de muertes de mujeres tan altas. En cuanto a las similitudes, me refiero más a ese tipo de cuestiones.

En Estados Unidos en este momento se discute que la Corte Suprema de Justica está a punto de aprobar la penalización del aborto…

Justamente, la Corte de Estados Unidos es, lo que es, porque Trump tuvo la posibilidad de meter varios jueces. Entonces, quedó para el futuro una corte trumpista. Esas son las consecuencias de que determinados políticos pasen por el poder.

«Claudia Piñeiro es candidata al Premio Booker»

Guillermo Piro (GP): Tu nombre está en la lista corta del premio Booker que se va a expedir el 26 de mayo. ¿Tenés expectativas al respecto?¿Sabés si se filtró algún dato de si tenés fuertes posibilidades de ganarlo?

Para Argentina tiene una significancia muy importante este premio. Tenemos mucha presión. Todos coincidimos en que estar en la lista corta es espectacular porque se abren muchas puertas. Hoy recibo mensajes por redes de la India, de Asia, lugares en donde se ha leído la novela, algo que no me pasaba antes. Esta novela (Elena sabe) es del 2007, pero fue traducida el año pasado. Por ende es imposible no tener expectativas, especialmente cuando se es parte de una lista con un premio Nobel.

¿Te resulta paradójico que sea el intertexto de una serie de televisión de Netflix la que le agregue a tu obra literaria más fama?

No se si eso pasa, porque mucha gente no hace el link entre una cosa con la otra. La gente de Booker no sabe que yo hice El Reino y la gente que vió la serie no sé si sabe que soy finalista del Booker.

CB PAR

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