El 14 de septiembre es el ciento dos aniversario del nacimiento de Mario Benedetti, narrador, poeta, crítico que con un estilo sereno siempre estuvo muy cerca de la gente. Esa proximidad de su escritura y de su conducta es una de las cualidades que hacen que sus libros sean leídos con igual interés a través de las décadas y en las más diversas lenguas. 

Benedetti desde los años 60 es un escritor de iniciación para muchas generaciones de lectores. Sus poemas, cuentos y novelas han despertado el interés por la literatura en los jóvenes de  muchos países de Iberoamérica. Sergio Perís-Mencheta, actor y director español, que creó el espectáculo A voz en cuello inspirado en un programa de radio que realizaba el escritor en la década del 50, expresaba cuando vino a presentarlo a Uruguay en el Festival Internacional de Artes Escénicas (FIDAE) del 2017, que es uno de los poetas más conocidos por varias generaciones de españoles. Sin duda, que la musicalización de algunos de esos poemas por Joan Manuel Serrat aportó para que esto sucediera como lo hicieron a comienzos de los setenta Alberto Favero y Nacha Guevara para Argentina, Uruguay y el resto de Latinoamérica. 

La película de Sergio Renán, La tregua (1974), transposición al lenguaje audiovisual de la novela del mismo nombre es uno de los mayores éxitos de público de la historia del cine argentino, que fue precedida de una versión televisiva para el ciclo “Las grandes novelas”, que dirigía Renán para el canal público.  Pero también atravesó fronteras porque fue presentada en el Festival de San Sebastián, primero, y  luego se convirtió en  la primera película argentina  nominada al premio Oscar como película extranjera. No sólo La tregua interesó al mundo audiovisual. Una serie de cuentos dieron origen al filme en episodios, Las sorpresas (1975), debut en dirección cinematográfica de Luis Puenzo junto a Alberto Fischerman y Carlos Galletini. Y una década más tarde del éxito de La tregua, en el año de la recuperación democrática para Argentina, Sergio Renán recurrió nuevamente a Benedetti para adaptar la novela Gracias por el fuego que se estrenó con el mismo nombre en 1984. 

No fueron las nombradas las únicas adaptaciones a los diferentes formatos del audiovisual, sino sólo algunas de las más recordadas. Las artes escénicas no le fueron  ajenas y a su clásico texto de teatro político, Pedro y el capitán, representado en todo el mundo, deben sumarse versiones de muchos de sus textos. Sin duda, La tregua, es la que ha inspirado artistas de diferentes disciplinas, como el dramaturgo y director uruguayo Rubén Yañez que hizo una exitosa versión escénica  en el prestigioso teatro Circular de Montevideo en 1996  y el grupo conformado por Marina Sánchez (coreógrafa), Luciano Supervielle (músico) y Gabriel Calderón (dramaturgo) que realizaron la versión coreográfica que en plena pandemia fue montada por el Ballet Nacional del SODRE, que formaba parte de una serie de acontecimientos para celebrar el centenario de su nacimiento. Muchos de ellos no pudieron ocurrir por las restricciones sanitarias. 

La Fundación que lleva su nombre y que fue creada por el escritor en su testamento decidió en el año 2020 organizar  el ciclo denominado “Voces del mundo leen a Benedetti”. Fue en ese año de confinamiento una forma para que el escritor estuviera presente a través de las voces de artistas de distintos países de Iberoamérica, acompañando como lo hizo en vida a las personas en esa delicada situación. Se eligieron sus textos para que desde la web de la Fundación llegaran a toda la gente. Al año siguiente, en un contexto más esperanzador respecto de la salud pública y con restricciones más laxas para el encuentro, se decidió repetir el ciclo con sus poemas. 

Este año  se creyó oportuno   difundir el  género epistolar que aunque menos conocido  fue también muy cultivado por Benedetti con grandes personalidades de la cultura de su tiempo. Entre ellas, con la poeta Idea Vilariño con quien no sólo compartió la generación de intelectuales denominada “del 45” sino una amistad que se extendería hasta el final de sus vidas.  En esa correspondencia no sólo hay reflexiones y anécdotas personales, sino que se respira la atmósfera de un tiempo con costumbres, valores e ideales compartidos.  

Las cartas llegan en la voz de talentosas figuras de las artes escénicas y audiovisuales de Argentina, España, México y Uruguay que solidariamente contribuyen a difundir el pensamiento y la obra de un escritor que se caracterizó por el compromiso con las personas y los conflictos de su tiempo. 

*Gestor cultural y abogado.

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