Para cerrar un gran año con mucha actividad, el talentoso cantautor tocó el sábado a la noche con su banda y se dio el gusto de mostrar material del álbum que lanza en dos semanas.
La cereza sobre el postre llegó al final, como un regalo exquisito después de un recital magnífico: Pedro Aznar volvió al escenario del Gran Rex a solas, sin su banda, se sentó en una punta del escenario con su guitarra, cruzó las piernas y tocó Real love de los Beatles.
Ese fogón improvisado en un enorme teatro, con un pequeño micrófono preparado ad hoc en el piso, fue el broche perfecto para un show donde Aznar una vez más logró mostrar toda la musicalidad, buen gusto y variedad de estilos que abarca.
Al mejor estilo Whitman (“Contengo multitudes”), Pedro Aznar se las ingenió para equilibrar en un mismo concierto la veta folklórica de su último disco Flor y raíz, sus hits como solista, un anticipo de su álbum de inminente aparición, su talento para hacer versiones en castellano de composiciones ajenas, y también exhibir sus trabajos con Charly García.
En semejante contexto, sumar una pizca de Beatles fue un plus inesperado y recibido con fervor y entusiasmo por todos.
Una banda impactante
Junto a Pedro hubo una gran banda: Matías Martino en teclados, Sebastián Henríquez en guitarras, Julián Semprini en batería y Alejandro Oliva en percusión.
Cada uno tuvo su lucimiento personal (por ejemplo Martino en Cardo o ceniza de Chabuca Granda), pero lo fundamental fue la manera en que tocaron como ensemble.
En el comienzo, después de hacer Mientes (de Tango4) como tercer tema, Aznar saludó y dijo algunas palabras:
“Es una noche de celebración en muchos sentidos, y no nos vamos. poner futboleros (N.deR.: afuera se celebraba el triunfo de Argentina alrededor del Obelisco). Quiero agradecer a todos ustedes y por extensión a todos los que nos vieron en vivo, porque este año fue una bendición, después de dos terribles años”.
Y prosiguió: “Hoy es un poco el cierre de 2022 y en 15 días sale el disco nuevo, que vamos a adelantar con cinco temas”.
Acto seguido, arrancó con un tramo dedicado a Flor y raíz, donde después de El cosechero de Ramón Ayala hizo Rencor sentado al piano, seguido de su gran versión de Sorry seems to be the hardest word de Elton John.
Una variedad de estilos
Tras anunciar que “Ahora nos vamos un ratito al querido Brasil”, hizo Construcción de Chico Buarque, tal vez con la banda a un volumen excesivo que no permitía apreciar esa letra tan exquisita con cambios sutiles de una estrofa a otra.
Después, haciendo gala de las multitudes que contiene, pasó a la Chacarera de los gatos de María Elena Walsh a su Nocturno suburbano, Ultima pieza y Dos gardenias.
Enseguida dijo que “Llegó el momento de mostrarles música nueva” y arrancó con su flamante versión (ya lanzada como single) del hit All of me de John Legend. Con Corpoland se lució con la loopera y una letra de denuncia. Terminó con enorme fuerza y para equilibrar le pegó un nuevo arreglo de A primera vista, más lento, con voz, piano y guitarra acústica.
El tramo final
Oro hit que reinterpretó magníficamente fue Quebrado, que llegó a todo rock y que cerró el show. Pero aún faltaban los bises, claro: Tu amor (de Tango 4) y A cada hombre a cada mujer (de Serú 92). Y encima de todo, Real love.
En efecto, la cereza sobre el postre.
MFB