¡Arte Arte Arte! decía el cartel de destino del colectivo 67. Anoche, poco después de las 20 se detuvo en la parada que tiene en la puerta de Malba y bajó Marta Minujín (Buenos Aires, 1943). Así la artista argentina pop más célebre dio inicio a una performance colectiva con la que festejó sus 80 años, en un casamiento con la eternidad. “Malba, Eternidad”, decía otro cartel en el 67. Sonaba la marcha nupcial y ella iba de novia, con un vestido largo de color pastel y volados. 

La artista Marta Minujín cumplió 80 años y lo celebró con un "casamiento con la eternidad", en una performance que se realizó a las 20 horas en el Malba. Telam


La artista Marta Minujín cumplió 80 años y lo celebró con un «casamiento con la eternidad», en una performance que se realizó a las 20 horas en el Malba. Telam

Más de 200 invitados, todos de estricto negro y anteojos oscuros como código obligatorio, la esperaban en la explanada del museo, mientras la novia avanzaba sobre una alfombra roja escoltada por un séquito de performers, voluntarios coordinados por el artista Beto Villa, con máscaras de Warhol y de caballos, de pelota de fútbol, de la Estatua de la Libertad y otros personajes, de Vincent van Gogh a la propia Marta.

En la puerta, un poco más allá de la parada, varios autos con chofer esperaban a los embajadores invitados. En la misma lista estaban Jorge Telerman, el coleccionista Esteban Tedesco, y los artistas Eduardo Costa, Yuyo Noé, Delia Cancela, Guillermo Kuitca, Alicia Herrero, Gachi Hasper, y muchísimos curadores, galeristas, personajes asiduos del ambiente vernáculo del arte.

Un sello personal

Pero ese desconcierto que es sello de Minujín estaba atemperado por una liturgia clásica de fiesta de bodas que nadie desconocía. En contraste con todos los asistentes, la artista llegó de vestido rosa de tul, flores y volados, con la firma de Jorge Rey, que le había regalado la coleccionista Amalia Amoedo, quien ofició un poco de madrina.

Al ritmo El Danubio Azul”, el clásico vals de Strauss, todos querían sacar a bailar a la novia, que era seguida por las cámaras y fans. Su hijo Facundo, entre los más entusiastas.

Fue un happening relámpago. Vital como siempre, bailó el vals con paso poco ortodoxo, y después todos querían la foto con ella. Hasta que da un giro y se sube a un atrio, toma el micrófono y agradece la organización de la fiesta.

«La primera muestra retrospectiva la hice acá, y ahora vienen Nueva York, la Pinacoteca de San Pablo y La Menesunda girando por Dinamarca, Inglaterra, Bélgica», compartió. Y se deshizo del micrófono repentinamente para hacer el lanzamiento del ramo de rosas negras, esta vez regalo de Teresa Bulgheroni, presidenta de la Fundación Malba.

«Un ramo para entrar en la eternidad», dijo más tarde la artista. Yo entiendo la eternidad como algo invisible, intangible, como la estela de una estrella», aclaró. «No tiene nada que ver con el objeto, porque en la eternidad entrás en un mundo etéreo, como en un arcoiris».

Este 2023 será una apoteosis Minujín, tras una seguidilla de años con perfil muy activo. Estará en la Pinacoteca de San Pablo, con obras desde 2000 hasta hoy. En Nueva York tendrá una retrospectiva más amplia: «allí reuniré obra hecha desde mis 14 años; va a prolongarse seis meses».

La artista Marta Minujín cumplió 80 años y lo celebró con un "casamiento con la eternidad", en una performance que se realizó a las 20 horas en el Malba. Telam


La artista Marta Minujín cumplió 80 años y lo celebró con un «casamiento con la eternidad», en una performance que se realizó a las 20 horas en el Malba. Telam

Mientras la liturgia festiva de luces violetas, globos negros y copas de champagne seguía adelante, los performers con las caras cubistas -maquilladas con el estilo y colores de las obras de Pablo Picasso, en el aniversario 50 de su muerte- recorrían el salón interpelando a los asistentes con preguntas filosóficas: «Uno no se baña dos veces en el mismo río», sentencia de los filósofos presocráticos, combinada con «¿Qué hora es?», «¿Dónde estoy», «Tiempo tiempo tiempo tiempo…» a repetición, mientras de fondo sonaba «I want fo break free de Queen, como en cualquier casamiento.

Los performers replicaban el séquito de seguidores que los popes de la bohemia neoyorquina reclutaban caminando por las calles.

«Cuando muere Picasso, Dalí lo odiaba tanto que hizo una fiesta en Nueva York y todos sus seguidores tenían las caras pintadas así, como las pinturas», contó la artista a Cultura.

Minujín recordó su happening en el MoMA, «había personas con las caras picassianas y choferes que las raptaban. Antes les hacíamos firmar un papel que decía que estaban de acuerdo, y después aparecían en otros lugares de los que tenían que volver solos, como el puente de Brooklyn o un cumple en Harlem… no era tan agradable», relató Minujín sobre su obra Kidnappening, en la que ella también resultaba secuestrada.

«En Argentina no puedo ir a comprar una manzana ni a tomar un café, por eso soy feliz en Nueva York. Aunque a veces confieso que me pongo una peluca negra y salgo igual; pero en cuanto hablo me reconocen igual, así que cierro la boca», le confió a un grupo de periodistas, después del evento, la artista argentina más popular.

Aunque ama Nueva York, celebró el campeonato Mundial. «Eso sí que fue un happening, la foto del obelisco con la multitud fue brutal, emocionó a toda la Argentina», describió. «Ahora hay q hacer un Mundial de arte con todos los mejores artistas del mundo, en Nueva York, en el MoMA», arriesgó.

Aunque la fiesta avanzaba, el desconcierto seguía en aumento. «Así es el arte»: este ocurre como respuesta desde los performers que deambulan entre los invitados. El fin de fiesta y la torta de cuatro pisos llegaron pronto. «Ahora van a poder degustar la torta, negra, es toda de chocolate», anunció la novia.

Pero antes, unas pocas invitadas pudieron tomar de las cintas negras que pendían del pastel y conseguir pins, a cambio de los típicos dijes dorados, con imágenes de El Partenón de Libros Prohibidos, una obra que se recreará el 25 de mayo próximo, en el año del 40 aniversario de la democracia argentina, en una locación a definir en la ciudad.

La artista Marta Minujín cumplió 80 años y lo celebró con un "casamiento con la eternidad", en una performance que se realizó a las 20 horas en el Malba. Telam


La artista Marta Minujín cumplió 80 años y lo celebró con un «casamiento con la eternidad», en una performance que se realizó a las 20 horas en el Malba. Telam

Al grito de «El modelo del tiempo es la eternidad», Marta Minujín volvió a subirse al colectivo 67 acompañada de su séquito de mascaritas. Todos de negro, los invitados quedaron tratando de entender lo que había pasado y el sentido de la vital ráfaga Minujín.

«El negro puede significar la alegría, también es una manera de identificar a las curadoras, la gente de los museos por cómo se viste, y en el arte no hay mucho negro», reflexionó Marta antes de partir a una imprevisible luna de miel. «Para la gente que vino a la fiesta, tener que vestirse de negro ya hizo que vivieran el arte».

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