Este jueves, última chance antes de la gala de eliminación del domingo, MasterChef (Telefe) tendrá una noche especial, matizada por la celebración del Día del amigo. Y ese tópico será el disparador para el desafío de los cinco finalistas, que incluirá preparación y sorpresa.

Es que una vez que Wanda Nara -el programa fue grabado antes de que se supiera que está enferma- presente al jurado y a los participantes, se dará a conocer la prueba: Rodrigo, Rodolfo, Estefanía, Antonio y Daniela deberán preparar un plato dedicado a uno de sus mejores amigos.

A partir de su inspiración y sus recuerdos, irán al mercado y luego pondrán «manos a la masa». Será noche de recuerdos sobre la amistad para todos los del estudio.

Rodrigo, Rodolfo, Estefanía, Antonio y Daniela. el domingo se irá uno.


Rodrigo, Rodolfo, Estefanía, Antonio y Daniela. el domingo se irá uno.

Y una vez definida sus recetas, esos amigos ingresarán de sorpresa para ayudarlos a cocinar. ¿Qué amigos serán de la partida?

  • Rodolfo recibirá a su mejor amiga, Annie, con quien mantiene una estrecha amistad hace 20 años.
  • La de Estefanía será Clara, su amiga desde que ingresó a la facultad (estudia comunicación).
  • Rodrigo recibirá a su amiga Liliana, con quien entabló vínculo hace años en un verano en la costa.
  • Iván será el amigo que sorprenderá a Daniela: se conocen desde un campamento que compartieron en la infancia.
  • Antonio: los amigos del salteño viven en Salta, pero su aliado de esta noche será Agustín, un ex MasterChef con el que estableció buen vínculo y a quien el participante considera una suerte de «padre».

Cómo será la gala de eliminación

Una vez que se defina quién se salva de ir a la gala, de acuerdo a la cantidad de estrellas acumuladas durante esta semana, los cuatro que queden deberán preparar un plato de pastelería: marracón, la especialidad de Damián Betular, quien les dará algunos tips y secretos.

El que no logre lucirse deberá abandonar el juego y sólo quedarán cuatro rumbo a la final, que será los primeros días de agosto, en fecha a definir. 

Los cinco finalistas

Todos manejan un nivel similar de conocimiento a la hora de enfrentar los desafíos, pero cada uno ya ha demostrado características de su estilo, tanto en las preparaciones como en las personalidades. Y también en la interacción con Betular, Donato de Santis y Germán Martitegui, el tribunal gastronómico.

Rodrigo Salcedo

Perfeccionista en el plato, caótico en la mesada

​El único cordobés que sigue participando, eliminados ya Aquiles y María Sol. Bioquímico y carismático, es quien más risas aporta en los desafíos. Descontracturado y solidario a la hora de ayudar a los compañeros, su «estación de trabajo» se descontrola apenas saca los ingredientes del canasto. Y a veces lleva dos canastos.

Rodrigo baila, corre, salta, se cae y también cocina muy bien. Es el más descontracturado.


Rodrigo baila, corre, salta, se cae y también cocina muy bien. Es el más descontracturado.

«Soy despelota’o», se ha definido más de una vez, por si la evidencia que mostraba la cámara no hubiera alcanzado. Su mesada es un caos que irrita al jurado, que lo ha retado varias veces, haciendo hincapié en que el orden y la limpieza son clave para un cocinero.

Lo curioso es que si alguien sólo viera lo que presenta no imaginaría el descontrol de la previa. Es detallista en el emplatado, atrevido en la combinación de sabores y maneja un ritmo diferente al resto: corre, salta, baila, se agita, y sin embargo, vuelve fácil a enfocarse en lo suyo.

Y se luce, como lo hizo la semana pasada, cuando se sentó sobre el tacho de residuos para dedicarle 20 minutos al deshuesado completo de dos codornices, algo que ninguno hizo y que le valió una felicitación por su cuidado puesto en esa carne tan delicada. Alma de ganador.

Este miércoles se ganó una estrella por el risoto a la espinaca que lucía bonito y, al decir del jurado, tenía bien lograda la cremosidad necesaria.

Daniela Kompel

Su fuerte son las recetas vegetarianas y los emplatados

Daniela, la escribana que le dedica mucho tiempo a sus peinados. Gran cocinera. La semana pasado se quemó la mano.


Daniela, la escribana que le dedica mucho tiempo a sus peinados. Gran cocinera. La semana pasado se quemó la mano.

Es la escribana de los raros (y lindos) peinados nuevos. No sólo piensa en recetas que le permitan desplegar su profundo conocimiento culinario, sino que también le dedica un buen rato a sus looks.

Si bien prefiere cocinar recetas vegetarianas, no tiene problemas en trabajar los distintos tipos de carne que presentan algunos desafíos. Mujer viajada y de buen paladar, aprovecha platos que ha degustado por el mundo para recrearlos sobre su estación.

Es una de las que mejor administra el tiempo disponible, con minutos suficientes para el emplatado. Además, sabe elegir la vajilla que mejor le siente a su preparación y sabe hacerla lucir con detalles tan decorativos somo saboreables. Candidata a llegar lejos.

La semana pasada se quemó la mano izquierda con el mango de la sartén, la atendieron en primeros auxilios y siguió en la gala. Durante unos días cocinó con venga y guante negro.

Rodolfo Vera Calderón

El especialista en realeza que confronta con el jurado

Rodolfo Vera Calderón, un detallista que se inclina por la pastelería. El jurado lo chicanea en exceso.


Rodolfo Vera Calderón, un detallista que se inclina por la pastelería. El jurado lo chicanea en exceso.

Es, sin dudas, quien mejor maneja la mayoría de las técnicas culinarias. Se adapta a todos, pero se inclina especialmente por la pastelería. Mexicano y militante de la honestidad brutal, no se calla nada, situación que irrita al jurado, con quien confronta seguido.

Periodista especializado en la realeza, es muy detallista y prefiere lo gourmet a lo popular. Una de sus mayores diferencias con Martitegui está en el punto de cocción de sus carnes: el jurado entiende que siempre le quedan crudas, él explica que busca el punto «bleu».

Lo tildan de quejoso, pero sus compañeros siempre recurren a él para despejar dudas sobre la marcha. Y a Wanda Nara le encanta «sacarlo de las casillas» preguntándole, cuando está contrarreloj, sobre intimidades de la nobleza. Y, como es un caballero, contesta todo.

Tiene altas chances de estar entre los tres finalistas. Como también tiene, siempre, una receta familiar que puede aplicar al desafío del día. «Dale, Rudy, no me digas que también tenés un plato de tu madre o de tu abuela…», lo chicanea el jurado. Y, sí, lo tiene.

Antonio López

El salteño que se fue para volver al día siguiente

Antonio, en su despedida de MasterChef. Al día siguiente volvió y quedó.


Antonio, en su despedida de MasterChef. Al día siguiente volvió y quedó.

Es el más callado del grupo, aunque en los casi cuatro meses de programa se ha soltado mucho frente a cámaras. Estudioso de las recetas de las redes sociales, su búsqueda por hacer la diferencia en los emplatados lo alejó un poco de sus raíces y le costó una eliminación.

Pero al día siguiente se abrió el repechaje y quedó entre los tres elegidos para volver. Y, en su reingreso, volvió a apostar por lo norteño, de la mano de guisos y humitas.

A pesar de desconocer muchos alimentos o condimentos, se las ingenia para poder cumplir con la prueba de cada día y no tiene pudor en reconocer su ignorancia en determinado tema. Desde el vamos contó cómo creció en medio de la carencia y la humildad, y se nota que va por la superación, aunque no suele aceptar fácilmente las críticas.

Casi siempre está en la cuerda floja, pero por algún motivo que no queda claro el jurado lo rescata.

Estefanía Herlein

La cocinera bilingüe que cayó en la grieta de las redes

Estefanía se bautizó como "EstefChef". Y quedó internamente el apodo.


Estefanía se bautizó como «EstefChef». Y quedó internamente el apodo.

Especialista en relaciones públicas y comunicación, fue la séptima eliminada y tambien tuvo revancha en el repechaje. Moldeó un personaje que generó división en las redes: están los que se divierten con sus frases en inglés y quienes se convirtieron en sus «haters».

En sus primeras presentaciones, insistía en colar términos en inglés, tipo «water break», a modo de «recreo para tomar agua». Más de uno la tildó en Twitter de «tilinga», pero esa devolución parece encenderla y sube la apuesta cada noche, con dosis de glamour y extravagancia.

Tiene buen manejo del tiempo, pero un error en medio de su preparación puede derrumbarla anímicamente. Sabe lucirse en los emplatados y en la pastelería. Y en el manejo de idioma.

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