El amor vuelve renovado cada 14 de febrero, con parejas, besos, corazones y otras representaciones, tan diversas como épocas e ideosincracias.

En estos días, distintas iniciativas se suman al Día de los Enamorados. Clarín adelantó la programación especial que organizó el CCK en la Ciudad. En el exterior, aparece, por ejemplo, la curiosa conferencia Love me fast: El amor romántico y las redes sociales, que la artista española Noemí Iglesias Barrios y la curadora Rocío de la Villa ofreceren este 14 de febrero en el Museo Thyssen de Madrid.

Se trata de una actividad que acompaña la muestra homónima, con perspectiva de género, que reflexiona en ese espacio sobre el amor romántico en las redes sociales- y la venta de souvenirs especiales.

Otra iniciativa es la semana de La diosa del amor: los mil rostros de Venus y un concurso para las redes, ambas organizadas por la Galería Borghese de Roma

Bansky. Niña y globo rojo, expuesto en La Rural. Foto: Maxi Failla, archivoBansky. Niña y globo rojo, expuesto en La Rural. Foto: Maxi Failla, archivo

Este espacio ofrece «una visión de las mil caras de Venus, la diosa del amor, de la belleza, de la fertilidad natural, sensual o recatada, caprichosa o persuasiva», una diosa que encuentra amplio espacio en la imaginación de artistas y mecenas, presente en el acervo de la galería romana. Enamórese de la Galería Borghese se presenta hasta el 18 de febrero.

Italia, país y escenario trágico para los amantes de Verona, inmortalizados por la dramaturgia inglesa en Romeo y Julieta, también pone foco en el amor con Amarse. El amor en el arte de Tiziano a Banksy, una muestra expuesta hasta abril en el Palazzo Montani Leoni, en la italiana ciudad de Terni, al norte de Roma.

La exposición organizada por la Fondazione Carit está concebida como homenaje al San Valentín que vivió entre los siglos III y IV, y que aunque descanonizado hace unos años por la Iglesia, es el protector de los enamorados y patrón de Terni.

En el recorrido, las obras de arte abarcan desde la antigüedad hasta nuestros días, exhibiendo obras que van desde Guercino a Dosso Dossi y Tintoretto, pasando por Francesco Hayez, Antonio Canova hasta Giorgio De Chirico, Giacomo Balla.

"Heart and chips". En el Thyssen. Foto: Thyssen«Heart and chips». En el Thyssen. Foto: Thyssen

La muestra apunta a las «iconografías más conocidas y apasionadas dedicadas al sentimiento que más ha inspirado a los artistas a lo largo de los siglos» desde el amor más puro al de la seducción amorosa, hasta su cuestionamiento en «las relaciones más problemáticas y ambiguas descritas por artistas del siglo XX», para «sumergirse en un viaje rico en historias y emociones», apuntan los organizadores.

Por eso, la exposición abre con un homenaje a San Valentín, al que puede vérselo en un cuadro atribuido a Giambattista Volpato bautizando a Santa Lucía, luego del milagro de devolverle la vista.

Hacia el final cuestiona el amor, en obras donde se observa «la mirada de la esposa del futurista Balla retratada por el artista en La duda (1907) o el abrazo de despedida de los dos maniquíes de Giorgio De Chirico, titulados Héctor y Andrómaca (1917)».

Como cierre, la exhibición tiene en Banksy a una de las versiones de Balloon Girl: una niña mira su globo en forma de corazón, arrebatado por el viento.

Los elegidos de una poeta, una pintora y una crítica

Pero ¿qué obras representan o simbolizan a los enamorados o el desamor? La pregunta cala en las respuestas de la poeta Teresa Arijón, la artista visual Paula Sendorowicz, y la curadora y docente Adriana Lauría, quienes proponen imágenes de obras tan diferentes como sentidos que transitan, desde lo romántico e idílico, entre el postimpresionismo francés y lo gauchesco, hasta lo disruptivo de un Amor escrito en mayúscula.

Arijón prefiere despegarse de los lugares comunes, por eso, posa la atención sobre las pinturas de los franceses Gustave Courbet y Toulouse-Lautrec, El sueño (1866) y Le lit, respectivamente. También propone a la surrealista Amor Che Move Il Sole L’altre Stelle de la británica Leonora Carrington y Los perros, de la argentina Lula Mari.

Dia de los enamorados "El sueño", de Coubert. ArchivoDia de los enamorados «El sueño», de Coubert. Archivo

«Me decido por una historia entre una modelo y un pintor, que quizás evoca el amor y sus misterios, o sus contradicciones«, expres la autora de La mujer pintada (2021), donde retrató la relación tan particular entre las modelos Y los artistas. «Algunas modelos inspiran a los pintores por su aspecto, otras por su personalidad», señalaba en su libro.

En esta oportunidad trae la historia contada por Dan Franck en París-Bohemia, donde «los protagonistas son el desdichado Maurice Utrillo y la incomparable Alice Prin, más conocida como Kikí de Montparnasse«, dice sobre «la modelo preferida de los artistas».

«Foujita, Kisling, Man Ray y muchos otros ya habían representado a esa jovencita, jovial y descocada, cuya conducta, modales y silueta eran conocidos en el mundo entero. Utrillo también quería pintar su retrato. Se paró delante del caballete, le pidió que tomara la pose y pintó durante tres horas seguidas. Al final de la sesión, Kikí le pidió ver el retrato. Utrillo aceptó. Se apartó de la tela. La chica se acercó. Soltó una carcajada. Esa risa que conocían todos los bistros de la orilla izquierda del Sena. Se inclinó un poco, para comprobar que no estaba equivocada. No estaba equivocada. Había visto bien. No era su rostro el que aparecía en la tela. Ni su cuerpo. Durante tres horas, Utrillo había pintado una casita en el medio del campo», comparte Arijón.

Senderowicz propone Los extranjeros (2018) de la argentina Claudia Fontes: «Me hace pensar en la idea de que en una pareja los integrantes nunca terminan por conocerse del todo, pueden pasar años, el otro sigue siendo ´un extranjero´».

También propone a Luise Bourgeois y una de sus The Couple (2007 – 09), o la obra del cubano Félix González Torres Sin título (Para un hombre en uniforme, de 1991) que instala en una rincón una gran pila de chupetines envueltos en blanco, azul y rojo. E invita a pensar en las obras bordadas de Feliciano Centurión tituladas Que en nuestras almas no entre el terror (1992) y Reposa (1996) -escrito sobre una almohada-, además de la instalación de Diana Shufer Donde las cartas se unen (1995-2018): una cama y un montón de correspondencia.

Dia de los enamorados. "Que en nuestras almas no entre el terror", obra de Feliciano Centurión Foto: archivoDia de los enamorados. «Que en nuestras almas no entre el terror», obra de Feliciano Centurión Foto: archivo

Ese es un tema que apasiona a Senderowicz, quien fotografió la instalación Enamorados a la distancia (2006), donde sábanas congeladas cuelgan de una soga en el bosque de Banff, Canadá.

Por otro lado, centrada en el arte argentino, Lauría invita con «una obra que no deja de conmover» como es el inicio de un cortejo «lleno de sugerencias» retratado por Juan León Pallière en Idilio criollo (1861), una pintura del acervo del Museo Nacional de Bellas Artes.

Sin embargo, saltando décadas, provoca con la novela plástico-performática Besos brujos (1965) de Alberto Greco, cuyo original está en el en el MoMA de Nueva York, y es «una pérdida para nuestro patrimonio nacional», apunta la curadora.

"Besos Brujos", de Alberto Greco, en el catálogo del MoMA. Foto: Captura de pantalla«Besos Brujos», de Alberto Greco, en el catálogo del MoMA. Foto: Captura de pantalla

Se trata de «una narración manuscrita de textos escritos, plásticos», con indicaciones que permiten actuarla, «en torno a un amor que fue y que ya será imposible, con encuentros, asechanzas, desencuentros, pasión desbordada e inevitable ruptura, que impulsarán al artista a concebir en este mismo texto su suicidio, pocos meses después de terminada la obra«, explica.

Otra perspectiva amorosa, señala Lauria, es la instalación Cartas de amor y camas (1994) de Diana Schufer, presentada en el Centro Cultural Recoleta que «consistía en una serie de camas de dos plazas en cuyas sábanas se proyectaban imágenes de cartas de amor».

Dia de los enamorados "Cartas de amor y camas", de Diana Schufer. Dia de los enamorados «Cartas de amor y camas», de Diana Schufer.

«La sugerente atmósfera conseguida por los paños que separaban los espacios que ocupaba cada cama, la iluminación, la banda sonora, y, sobre todo, la sensación de entrar en la intimidad de habitaciones privadas, se veía fortalecida por los textos de las cartas que, con tono confesional, daban cuenta de pasiones, encuentros evocados, rupturas, promesas», describe.

Tal vez este año Banksy vuelva su mirada ácida para San Valentín como en 2023 cuando aludió al amor tóxico en la ciudad británica de Margate con Máscara del día de San Valentín, dibujo que mostraba una ama de casa golpeada barriendo el cuerpo de un hombre en un freezer.

Minujín. Uno de sus colchones pop. Foto: archivoMinujín. Uno de sus colchones pop. Foto: archivo

Mientras tanto, otras obras parecen describir el amor y la pasión, entre ellas, la intrigante Los amantes (1928) de René Magritte -que representa una pareja con sus rostros tapados, besándose- o los rostros estrechados del pop Kiss V de Roy Lichtenstein. Aunque de metáfora distinta, también lo promueven los famosos colchones psicodélicos de la también pop Marta Minujín o Qué bueno es estar juntos (1997-2001) de Luis Felipe Noé.

Con información de Télam