Tras el rotundo éxito de ‘Las niñas‘ de Pilar Palomero, Antonio Banderas y María Casado declaraban al final de la ceremonia de entrega de los 35º Premios Goya, que no querían que la noche se recordara como «la gala de la pandemia». Algo, claramente inevitable, teniendo en cuenta que la concepción misma de la gala era la pandemia.

Con tan sólo unas cuarenta personas presentes en el Teatro del Soho CaixaBank de Málaga y unas 130 personas conectadas de forma telemática desde sus casas, la noche de celebración de los Goya 2021 pasará a la historia, no cabe duda. Y es que la extraordinaria situación que vivimos, llevó a sus organizadores, capitaneados por los mismos Banderas y Casado, que dirigían y escribían la gala, a adaptarse a las circunstancias.

El resultado fue sobria, emotiva, elegante y técnicamente impecable. Con sus aciertos y desaciertos, quizá resultó demasiado lúgubre y falta de humor, una decisión de producción, por respeto a las víctimas de la pandemia. Os dejamos con los momentos más destacables de la ceremonia.

El silencio

Para alguien que lleva viendo los Goya desde que tiene uso de razón, el silencio que había en ese teatro era impactante. Antonio Banderas salía al escenario en un impresionante silencio casi sepulcral, a causa de la falta de aplausos y que se pronunció aún más al pararse la música.

Este año no ha habido chistes, ni acertados ni desacertados. No ha habido gags, ni skteches pre-grabados (que suelen salir muy bien o muy mal) con la intención de divertir al personal. No ha habido bromas entre los entregadores. Banderas y su equipo han apostado por ir al grano, el respeto y el miedo a que se considerase un evento superficial cuando 2 millones y medio de familias de todo el mundo han tenido que despedir a sus seres queridos de forma inesperada en el último año.

La gala de los Goya 2021 ha sido la más emotiva que se recuerde, pero también la más triste y falta de alegría. Hemos echado de menos las risas, los aplausos y sí, los planos de reacción del público (ahí está todo el salseo, también). Sin embargo, aunque la alegría se vivió en las casas con los gritos de fondo y los abrazos de los familiares, no habría estado mal un poco de evasión a través del humor.

La puesta en escena

Banderas

El gran reto de esta edición era coordinar que más de 130 personas se conectaran desde sus casas y no fallara nada. Una tarea que sobre el papel parece imposible. Pero la parte técnica de la gala fue un éxito, salió todo bien cuando todo podía haber salido terriblemente mal.

Las pantallas se pinchaban cuando tocaba e incluso, en los agradecimientos se incluía a la persona a la que el premiado hacía referencia. Sólo hubo un fallo de sonido: Fernando Trueba al agradecer su premio por ‘El olvido que seremos‘ empezó sin sonido

Así, se optó por una escenografía formada por pantallas que, cuando conectaba con los nominados desde sus casas, resultaba una impresionante imagen. Pantallas que entre premios, se llenaban de acertadas proyecciones acompañadas de una excelente iluminación. Una puesta en escena realmente bonita y funcional.

Almodóvar y Penélope Cruz

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Si tuviera que elegir la mejor decisión tomada de toda la ceremonia, me quedo con la elección de los pesos pesados de nuestro cine para entregar los cuatro primeros galardones, cuatro premios técnicos. Pedro Almodóvar, Penélope Cruz, Alejandro Amenábar, Paz Vega y J. A. Bayona anunciaron los galardones de Mejor Vestuario, Maquillaje, Sonido, Efectos Especiales y Dirección de Producción.

Nombres que, normalmente, se reservan para los grandes premios finales. De esta elección se desprende un mensaje claro: ningún oficio del cine vale más que otro y fue una forma, de poner en valor a esos profesionales imprescindibles, pero que siempre se consideran secundarios y menos importantes en estos de las entregas de premios.

Bienvenido, Mr…Hollywood

Imagino a Antonio Banderas creando un grupo de WhatsApp llamado «Apoyo cine español» e incluyendo a todos sus amigos de Hollywood. Le imagino enviando una nota de audio con «Yo apoyo el cine español», para que sus colegas superestrellas lo imiten. Y sobre todo, imagino a la grandísima Barbra Streisand con pereza para maquillarse y mandando un audio en lugar de un vídeo como los demás.

Aunque siempre está bien ver a estrellas de la talla de Al Pacino, Charlize Theron, Salma Hayek, Julianne Moore, Tom Cruise (ejem), Sylvester Stallone, Laura Dern, entre otros, lo cierto es que la elección de incluir estos mensajes de «apoyo al cine español» quedaron un poco fuera de lugar. Sobre todo, porque todas las cinematografías del mundo están sufriendo esta situación. ¡Me encantaría ver a Antonio de la Torre mandando un mensaje de apoyo al cine de Hollywood en los próximos Oscar!

‘La Violetera’ y ‘Happy Days’

Si tenemos en cuenta que en otras ediciones, las actuaciones musicales han sido demasiadas e incluso se interpretaba más de una canción seguidas, la parte musical de estos Goya ha sido concisa y bastante acertada. Desde Diana Navarro en el homenaje a Barlanga y la bonita intervención de Vanesa Martín en el In Memoriam. Donde, por cierto, la ausencia de Rosa María Sardà no fue un olvido: la actriz no quería formar parte del homenaje.

Acertada la argentina Nathy Peluso cantando ‘La Violetera’ de José Padilla, y que popularizó a nivel internacional Charlie Chaplin al utilizarla como tema principal en su película ‘Luces de ciudad’ en 1931. Pero no podemos decir lo mismo de la actuación de Aitana y su versión de ‘Happy Days Are Here Again’, de Barbra Streisand y que de hecho, comenzó justo después de que viéramos un fragmento de la diva neoyorquina. Las comparaciones son odiosas.

Ángela Molina, el amor

Emocionante y lleno de amor fue el discurso de la maravillosa Ángela Molina al recoger su Goya de Honor, y la única en recibir el cabezón físicamente. «Quizá, tal vez, la vida se parezca al cine, no se disfruta sin los demás». Poco más que añadir a su perfecto discurso. Respeto y admiración.

Galardones históricos

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Esta ceremonia también se recordará como el año en el que, por primera vez en la historia de los premios, una mujer se alzaba con el Goya a la Mejor Dirección de Fotografía. Lo hizo Daniela Cajías, por su excelente trabajo en ‘Las niñas’. Un gran reconocimiento, teniendo en cuenta que competía con películas de gran presupuesto como ‘Adú‘ o ‘Black Beach‘ y sobre todo, porque el oficio del director de fotografía siempre se ha asociado a un trabajo masculino.

Otra gran hazaña fue el galardón de Mejor Música Original, que recayó en Aránzazu Calleja y Maite Arroitajauregi por su excelente banda sonora de ‘Akelarre‘, con reminiscencias a la música tradicional vasca. Un galardón que sólo había recaído en una mujer en otra ocasión: en Eva Gancedo por ‘La buena estrella’ en 1998. Además, su agradecimiento utilizando el tema principal de la película, fue muy emocionante.

El homenaje a Berlanga

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El gran ‘pero’ de la ceremonia de anoche. En el año del centenario del nacimiento de uno de nuestros cineastas más grandes, era de esperar que se homenajeará al cineasta valenciano. El homenaje, daba comienzo al Año Berlanga, que finalizará en los Goya de 2022, que se celebrarán en Valencia. Pero la forma de hacerlo fue muy desacertada.

El imitador Carlos Latre apareció dando vida a Pepe Isbert, actor fetiche de Berlanga, con un monólogo dirigido al propio director en el que resaltaba sus grandezas y su importancia en nuestra cinematografía. Un momento demasiado rebuscado que, seguro habría quedado más sencillo con un vídeo con fragmentos de películas de Berlanga. Eso sí, fue alucinante el paso de Latre de blanco y negro a color. Parecía maquillaje y resultó ser todo un juego de luces muy inteligente.